Apagas luces con los labios, las manos están ocupadas en el sopor. Quien escribiría esta historia?
Siempre creí que eran invenciones de cineastas que desvirtuaban a más no poder, pero cuando empecé a vivirla me encontré con una realidad ultra ficticia que yo misma, con labios y manos, estaba llevando a cabo.
Que curioso, cada juego de palabras, sus múltiples sentidos y los gestos. Quien iba a creerlo?
No solo dudo de una verdad, si no que dudo hasta incluso de las obviedades que en un fondo profundo y tapiado conozco como todas mis neuronitas expectantes por morir.
[…]"Gárgaras de sangre, dulce, amarga, viva y muerta.
Pero cuando digo ‘muerta’ no digo ‘muerta’ sino, desaparición. Un anhelo, no una No-Existencia.
Utilizando la contradicción se llega caminando despacio pero sin tropezar a donde se proyectó que se llegaría.
Porque cuando digo muerte digo miedo y temo decirlo.
El escritor posaba la copa entre el pensamiento y el fluir del mismo, todo a su vez posándose en su escena. Supo construir las superficies sobre cimientos estables, a lo que él llamó ‘perfecto’ y yo ‘perfección’ ¿Quien desea que se caiga?"[…]
La aprobación suele tomar lugar, pero no siempre es la correcta.
Grande Roco, tardaste en entenderlo pero lo lograste (¡) …
Un auto entero de 15 años por mover con una fusión del instinto y una cama para dos en la que fuimos cuatro, pero dos jugamos.
Terrible calentura, pero fue por la situación. No fui yo, ni ella.

No hay comentarios:
Publicar un comentario