Habiendo tanta perra en celo el sujeto cruza la avenida, se le antepone un ser que se lo interpretará como damisela y la estúpida historia comienza. Tomando lugar el inicio como quien avanza paso tras paso, se da lugar a la confusión y a la escasez de entendimiento. No habrá manera, dictaminó quien escribió la clara negación, de borrar el recuerdo, ya que habiendo infinitos recovecos en los cuales este se aloja, por mas exacta y perfecta que sea la maquina, sin importar el lugar de procedencia siquiera, será imposible llegar a cada una de las locaciones.
¿Cuál es el siguiente paso a dar?
El de la caída.
El recuerdo seguirá estando
¿Y a quién le importa?
La máquina no era perfecta, era más que eso.
(Con esta maquina ya tracé la línea que divide, con esta maquina hice el destino. Bienvenido a la invención.)
(A pie de pagina se podía leer:
“Importancia: Eran todos perfectos, hasta que dejaron de serlo”)
-Necesito un tiro que me de en la sien- decia él.
sábado, 3 de enero de 2009
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1 comentario:
para,
me acabo de acordar
de
para, para.
el flaco en el bar de
corrientes y callao
hace ... 3 años
dio catedra abierta de por qué tomaba merca ...
oh santificada seas maldita bastarda.
la cuestion era que ahora me voy
y cuando llegue rememoro.
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