viernes, 8 de agosto de 2008

beg-end.

Lo que consideré como ‘yo’ quedó ahí detrás de mi actual persona.
Sabemos que golpean, sabemos entonces que actúan en base a un impulso carente de represión ...
El lugar se lo da uno mismo, ‘Si, pasá, no hay drama’. A eso voy, ves?
Hay tanto para hacer …
-
Cronología? Acá tenés.
Hace cinco años.
Viajo por el turbio mar de lo que vulgarmente se llamaría ‘perdida del propio infante’, cayendo en un pozo adornado por falta de conciencia y respeto por el ser en cuestión (el que se presentaba y del cual quien reporta pasará a desprenderse). Todo solía presentárseme sin previo aviso, la oferta, mi demanda … Y todo sin razón de ser. ‘Por qué no?’
Pero me respaldaban … Eso decían.
Me relajé un toque, y pum, caí … Sobre cuerpos que no estaban, sobre comodidades que llegaron a ser torturas, sobre mantos de mentiras perfectamente diseñadas para endulzarme en ficciones y ocultamientos de alto nivel. Así de profundas las heridas resultaron ser.
Bajo el efecto de quién sabe que tipo de medicamentos en excesos, me tomé (valga la redundancia) el atrevimiento de mirar a mi alrededor. Un lago agrio contemplé para luego decir: ‘no pasa nada’, mientras mis espectadores colapsaban bajo un nulo entendimiento que yo misma me convencía de desconocer.
Que atrevimiento, que valor. Pensar que si la nena no se despertaba en ese momento no hubiese habido un ‘esto’, no hubiese existido este presente que intento pilotear.
Esa hubiese sido mi primer muerte, ese hubiese sido mi más perfecto fin. Pero no fue así.
Dicho acto, completamente consciente (dato para tener en cuenta), dio lugar a una seguidilla de momentos de desear un desenlace final, convirtiendo un entorno en una pesadilla, una noche y un amanecer en una esperanzadora muerte continua.
Comienzo a captar cierto tipo de negociaciones a mi alrededor, todo para beneficiarme. Mi mayor causa de dolor parece comprenderme y querer vencer a su propio batallón y acercarse. Desde ese momento, en el que me arrepentí por no haber reaccionado como un ser humado, soy capaz de llorar por cualquier transeúnte desconocido que carezca de cariño y tacto. Nunca reaccioné, tan solo comencé a comportarme bajo un efecto símil espejo con quienes me rodean.
Y como sigue, y como sigue esto? No se, pero siguió.
Hace cuatro años.
Me encontraba sentada esperando algo que nunca llegó, porque dejé de buscar … luego de la supuesta recuperación.
No terminó un ciclo de aceptación que una enorme tormenta ya estaba amenazándome.
Ningún químico de la mano esta vez. Recuerdo que apenas consumía tabaco en casa y en momento especiales. Recuerdo la escasa luz amarillenta de la cual temí por años, recuerdo una violencia incontrolable … Recuerdo la suavidad de la hoja, recuerdo el grosor del material natural por el cual la superficie percibí estaba compuesto, recuerdo la fuerza. Y ya no más.
Son demasiadas las imágenes como para describirlas. A mi parecer: carecen de correlatividad.
Se ocultó mucho, se dijo poco y nada se entendió. Pretendí entonces llegar a un fin, pero más lógico. Por qué no hablar con quien se supone que se especializa en el tema? Ja, solo sirvió para hacerme temer más y tratar de entender a donde quería llegar con todo esto.
A la puerta, y ya no más.
Parecía tener la mente muy reducida como para al fin y al cabo querer terminar de entender todo tal cual era, preferí captar cierto nivel, determinada cantidad y proyectar un porcentaje a fin de solucionar.
Guerras que continúan hasta hoy. Una guerra que no terminará hasta que el más pesado manto caiga y nosotros contemplemos su grotesca y desagradable manera de hacerlo.
Un enfrentamiento que remonta desde un comienzo, la primer sensación lógica, dado un mínimo desarrollo de mi mente, fue siempre el rechazo. Quiérase creer o no, ya ni la credibilidad ni peso de mis palabras me inquietan en lo más mínimo.
El pequeño cuestionamiento despierta la revolución y la necesidad de violentarse.
Quién luego formará parte de mis días acrecentó lo que durante largo tiempo, bajo demasiada autocorrección, se escondió por miedo a que se cree una destrucción masiva. Una enorme falta de consciencia nos podría haber llevado a enfrentamientos no deseados … ( que por cierto se dieron como tales, pero recuperar la cordura fue la reconciliación). Siempre los impulsos, siempre la ira … Pero con él nunca más.

Algo terminó para darle una enorme bienvenida a una nueva odisea, acompañada de otra pasada que se arrastra, tratando de ponerse de pie.
Negocio con todo lo que tengo al alcance de la mano, doy todo por nada, robo y consigo. Pero no hay salvación.
No tengo alma que vender.
Y todo sigue.

-‘No hay cura, no hay salvación, no hay creencia, ni fe. No hay lógica de
superación, no existe quien se atreva a negar, no hay quien impida ni controle
[…] … ESA realidad. Porque nadie puede contra ella. Sobrepasa, atraviesa el
muro. De su pesadilla a la mía, de ÉL a la eternidad. Y de ELLA a la nada
...’
El mejor resumen.

No hay comentarios: