domingo, 31 de agosto de 2008

y una eternidad, te doy.


Cuando te reincorporas y pretendes tomar aire pareciera que hasta se quiere morder el vacío. Cuando respiras y tragas sentís lo que entra llegar a la puerta del espacio desolado, el desierto por habitar. El vacío que quiere ser llenado ... Una casi emoción …Y otra vez, la bocanada.
El cuerpo suele estar helado al reposar sobre el suelo, pero el hervor más amargo altera las sensaciones, embelleciéndolas.

Nada más helado que mis rodillas, nunca tanto ...

Un cigarro ya,
por favor.

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